Quan s’apaguen els llums

TV3 emitió el pasado 12 de noviembre de 2017 el capítulo de «Quan s’apaguen els llums» (Cuando se apagan las luces) dedicado a Chicho Sibilio, quien fue durante trece temporadas uno de los grandes ídolos del Palau Blaugrana. Sibilio explicó que hacía 10 años que no volvía a can Barça y consideró que su camiseta debería estar colgada en el pabellón azulgrana junto a la de otros mitos como Epi o Solozábal, pero añadió que “ya no es tiempo de pensar en eso. Estuve 13 años jugando en el Barça y hace 20 años que me fui. Retirar una camiseta debe de ser un sentimiento del club”.

Sibilio valoró que Ranko Zeravica fue “el que visualizó y empezó a gestar la columna vertebral del Barcelona que vino luego. Apostó por gente joven de la casa y nos hizo debutar a Epi, a De la Cruz, a Solozábal y a mí en un Barça-Madrid” y apuntó que “el último Barça-Madrid de antes de que nosotros llegáramos perdimos por 60 puntos en su pista. Dos años después ya ganamos la Copa del Rey y comenzó la hegemonía azulgrana”.

El ex jugador azulgrana aseguró que “cuando yo llegué nos inculcaban que no sólo tenías que jugar, sino que tenías que sentir los colores. Yo me considero azulgrana y culé de toda la vida. Lo que yo soy en gran medida se lo debo al club”.

Chicho Sibilio reconoció sobre su relación sobre Aíto García Reneses que le considera un gran entrenador, pero “me merecía terminar en el Palau, en el Barça. Es una cuestión de carácter o de personalidad. Quizás yo era muy explosivo, demasiado orgulloso y entendía que mi trabajo se hacía en la cancha y no en un despacho haciéndole la pelota al entrenador”. El ex jugador aseguró que “tuve la suerte de tener muy buenos compañeros cuando llegué a Barcelona. Desde los 17 a los 30 años me dieron mucho cariño, me arroparon. Y sigo recibiendo ese cariño 30 años después”.

Sibilio, explicó que ahora él es “medio político, medio deportista. Estoy dedicado a una campaña política en pro de la juventud dominicana. Volví a República Dominicana por tranquilidad, siempre me ha gustado el campo dominicano, me da paz. Cuando terminé de jugar es como si Barcelona se hubiera ya acabado. República Dominicana siempre había sido mi refugio cuando acababan las temporadas. Me cuesta salir de santo Domingo por esa vida más sencilla y más tranquila”.